Año 0, Num.01 Ética de la Comunicación

Revista electrónica de divulgación en materia de Comunicación

Centro de Investigación para la Comunicación Aplicada (CICA)
Facultad de Comunicación
Universidad Anáhuac México Norte

29.7.08

Responsabilidad social y ética en las organizaciones: ¿una cultura verdaderamente responsable y comprometida de las organizaciones en México?

Clemente Sánchez Uribe*


Introducción

Existen en el país diversos organismos e instituciones que han orientado su atención y trabajo para promover líneas estratégicas de cómo desarrollar e implementar esta nueva cultura en diversos ámbitos de la vida nacional.

Por esta razón, el presente texto busca presentar las líneas estratégicas de algunos de esos organismos y analizar las coincidencias, diferencias o puntos en común, permitiendo presentar al lector un resumen de los aspectos más importantes de lo que es o no la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). De esta manera se pretende lograr un panorama más claro de cuáles son aquellos aspectos que abarca esta nueva cultura, así como entender las diferencias que podrían considerarse posibles factores de freno para implementarla satisfactoriamente.

Algunos de los organismos que servirán de base para el presente artículo serán el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), el Instituto Great Place to Work México (GPTW) y el Centro Latinoamericano de Responsabilidad Social (Clares) de la Universidad Anáhuac México Norte, entre otros. Mediante el presente análisis se podrá conocer de qué forma éstas promueven y difunden la rse y su aplicación práctica.

Así, se analizarán algunas de sus directrices, conceptos, sugerencias, formas de aplicación y evaluación; pero también darán pauta para saber si existen aspectos que, en su momento, no fueron tomados en cuenta para el ejercicio de la responsabilidad social empresarial, y cómo han repercutido favorable o desfavorablemente al entendimiento de la misma en sectores importantes de la sociedad mexicana.

Día con día se pueden encontrar nuevas notas o artículos en prensa, revistas o Internet, por citar algunos medios, que presentan los esfuerzos y acciones de compromiso social que diversos sectores, industrias, empresas, corporativos, conglomerados, asociaciones o instituciones del ámbito nacional o internacional, están desarrollando o ya han desarrollado desde hace tiempo, permitiendo
entender y vislumbrar si la adopción de la rse ha sido por convencimiento propio de las organizaciones, o se han visto influidas por algún elemento externo para llevar a cabo dicha implementación cultural organizacional.

En la primera parte de este texto se presenta un marco contextual que permite entender mejor qué es la rse, identificada en otros países como Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o Corporate Social Responsibility (CSR), que en esencia son lo mismo.

Posteriormente se analizan las líneas estratégicas de algunos organismos en México, orientados a difundir esta cultura de responsabilidad social, y se hace un comparativo de los aspectos que abordan, así como aquellos que posiblemente hayan sido omitidos pero que también pueden repercutir de alguna forma a la puesta en práctica de esta cultura.

Finalmente, se aportan algunas conclusiones y recomendaciones para considerar en futuras estrategias de difusión e implementación de la rse en México, cuidando los aspectos éticos de esas estrategias y de las actividades que se vayan a realizar.

¿Qué es la responsabilidad social empresarial y cómo se vive en México?

Una de tantas definiciones señala que la responsabilidad social empresarial “se entiende como el compromis
o consciente y congruente de cumplir integralmente con la finalidad de la empresa, tanto en lo interno como en lo externo, considerando las expectativas de todos sus participantes en lo económico, social o humano y ambiental, demostrando el respeto por los valores éticos, la gente, las comunidades y el medio ambiente, así como para la construcción del bien común” (Cajiga, 2006).

Cabe señalar que no existe una definición única de rse, tal como lo ha referido la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sino más bien existe la coincidencia de temáticas como: a) el comportamiento ético de una organización; b) las condiciones que viven los empleados o trabajadores; c) la importancia de apoyar el desarrollo comunitario; y d) la conciencia del impacto sobre el medio ambiente (Correa, Flynn y Amit, 2004).

En otras palabras, la rse no impide a una organización que cumpla correctamente con su finalidad: cumplir integralmente con las expectativas económicas, sociales y ambientales. Al mismo tiempo, debe promover valores como la ética, el respeto y la tolerancia hacia su propia
gente y la de la comunidad en que se desarrolla (Siliceo, Casares y González, 1999).

Con base en los planteamientos arriba mencionados, es propio hacernos la siguiente pregunta: ¿Es posible afirmar que existe la tendencia hacia la adopción de la cultura de la responsabilidad social empresarial en México?

La Cepal refiere que esta cultura comenzó en México, principalmente, como una iniciativa filantrópica. Sin embargo, la década de los noventa permitió llevar a cabo una serie de reflexiones sobre la filantropía e hizo ver que ésta no era suficiente para promover eficazmente lo relativo a avances sociales, ni tampoco era el
único componente que podía explicar lo complejo del concepto de rse. Era importante, pero dejaba de lado algunas partes de lo que compone a la responsabilidad social empresarial.

Uno de los primeros organismos en darse a la tarea de orientación, implementación y difusión de la RSE fue el Cemefi, fundado en 1998, considerando aspectos esenciales tales como la ética empresarial, la calidad de vida al interior de las organizaciones, la búsqueda de
una mayor vinculación y compromiso con la comunidad y su desarrollo, además del cuidado y preservación del medio ambiente.

Adicionalmente el Cemefi presentaba, dentro de sus programas y actividades, la creación de un Índice de Responsabilidad Empresarial, así como el análisis de empresas que aspiran a ser publicadas anualmente dentro de una lista de organizaciones reconocidas como Empresas Socialmente Responsables (ESR) (Correa, Flynn y Amit, 2004).

De acuerdo con la Cepal, se reconoce a México como un país que tiende a promover esfuerzos por implementar y crear un criterio estándar que permita a la rse elevarse a un carácter institucional, lo que podría promover la adhesión de más empresas a esta cultura organizacional, gracias a la base empresarial más consolidada con que cuenta México, al igual que otros países como Brasil y Chile.

Sin embargo, la Cepal reconoce también el hecho de que dicha institucionalidad en México podría experimentar claras muestras de resistencia ante una imposición u obligación legal, ya que podría interpretarse negativamente como u
n negocio diseñado principalmente para posibles consultores y evaluadores/certificadores.

¿Qué porcentaje de empresas se estima que han sido reconocidas como socialmente responsables en México?


A pesar de las tendencias favorables que señala la Cepal para que México incorpore la cultura de responsabilidad social empresarial, es importante precisar que todavía se encuentra en ese proceso de incorporación.

Prueba de ello es un estudio que realizaron el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) (El Financiero, 2007), donde se menciona que ambos organismos crearon una línea de recursos por más de mil millones de dólares para apoyar el financiamiento de diversos proyectos que se relacionen con esta nueva cultura organizacional.

Las noticias son muy favorables, pero los datos refieren que son muy pocas las organizaciones mundiales, y mucho menos las mexicanas, que han accedido a estos fondos, ya que los diferentes proyectos que han sido sometidos a calificación y aprobación aparentemente no tienden a garantizar una mejora en las condiciones de vida de las comunidades en la que las u
nidades empresariales se encuentran insertas.

Al parecer, los emprendedores mexicanos y sus organizaciones denotan interés preferentemente por preservar sus niveles de negocio, o bien se limitan a desarrollar estrategias de carácter meramente asistencial, regresando así a las primeras concepciones de la RSE, es decir, con una actividad limitada a apoyar filantrópicamente.

Para entender mejor el desarrollo de participación de las organizaciones en la cultura de la responsabilidad social, a continuación se presenta una evidencia (Cuadro 1) que muestra cuantitativamente la participación de las empresas en México en favor de la responsabilidad social empresarial, de acuerdo con un estimado hipotético que hace la publicación periodística citada en el sitio de la organización.


Si lo anterior fuera totalmente verídico, se encontraría que del estimado total de empresas que operan en México, que de acuerdo con El Financiero son tres millones de compañías, el resultado obtenido indicaría que sólo 0.04% del total de organizaciones registradas por Cemefi, cuentan con su reconocimiento como esr.

Sin embargo, a continuación se presenta otra evidencia (Cuadro 2) basada en el estudio de la CEPAL, donde se muestra un cuadro comparativo entre diversos países de América Latina, mismo que puede complementar las estimaciones del Cemefi.

Comparativamente, a nivel de los países referidos por el Cuadro 2 en Latinoamérica, la RSE en México ocupa el 2º lugar, después de Brasil, en lo que se refiere a número de empresas afiliadas a los organismos considerados como representativos de la RSE. Sin embargo, la posición es relativamente considerable si se toma en cuenta que entre el primer lugar (Brasil) y México, existe una diferencia de 690 empresas, lo cual permite vislumbrar que existen diferencias cuantitativas, pero también cualitativas, que son las que ocasionan que la participación mexicana todavía se considere baja.

De acuerdo con la información referida en el estudio del BID y el BM, el primero considera que el principal obstáculo de México es que sus empresas u organizaciones no saben integrar propuestas adecuadas que reflejen principios de responsabilidad social empresarial.

Por lo tanto, ¿qué es lo que está fallando en la integración de las propuestas de RSE en México? ¿Cómo pueden conjuntar esfuerzos los organismos dedicados a promover esta cultura, de manera que puedan establecer las bases homólogas y adecuadas para el desarrollo de la RSE? Las organizaciones que buscan considerarse como RSE, ¿tienen claros los pasos a seguir para obtener este reconocimiento? ¿Será que las
organizaciones mismas tienden a modificar los estándares de evaluación de RSE a su conveniencia, incluso transgrediendo principios éticos?

Antes de afirmar cualquier respuesta, es necesario conocer la
perspectiva de algunos organismos en México que buscan promover, difundir e implementar la rse en las organizaciones y corporativos. De esta forma, se tendrá un acercamiento a sus líneas estratégicas y objetivos que podrían brindar un mejor entendimiento sobre qué está sucediendo en la RSE y su aplicación en el país.

Algunos protagonistas de la RSE en México
Conclusiones y recomendaciones

Existe en México un índice relativamente bajo de participación y compromiso por parte de las empresas en cuanto a adoptar una cultura de RSE. Aunado a ello, se percibe que los esfuerzos, proyectos y acciones emprendidas por diversos organismos orientados al desarrollo e implementación de la RSE son muy importantes; sin embargo, no son suficientes para las aproximadamente tres millones de empresas que existen en el país, lo que permite vislumbrar la responsabilidad y los pasos a seguir en el futuro inmediato.

Así también, es importante considerar que algunos de los organismos tendientes a desarrollar esfuerzos en favor de promover la RSE, manejan aspectos tanto de filantropía como de responsabilidad social empresarial en sus instituciones, en su nombre o marca de identificació
n.

Ante ello, sería importante considerar que los organismos nacionales e internacionales que promuevan la RSE muestren, desde su identificación institucional, esa denominación. Es posible que los autores del concepto posicionamiento estuvieran de acuerdo con esta premisa, la cual podría contribuir favorablemente para plasmar el concepto, junto con los programas, proyectos, líneas estratégicas y actividades que proponen todos los organismos.

Dicho de otra manera, si se pretende vivir la RSE, hay que verla, sentirla, pensarla, convivir con ella en todo momento. Si en cambio se promueve la RSE, pero el organismo también se dedica a la filantropía, alguien podría llegar a preguntar ingenuamente: entonces, ¿la organización se dedica a la filantropía o a la responsabilidad social empresarial? Y ése podría ser el inicio del reto mayor para la implementación de la cultura de la responsabilidad social para las empresas.

A continuación, se hacen algunas sugerencias basadas en todo lo revisado anteriormente:

1. Los organismos que están buscando desarrollar la RSE en México podrían generar una red común que permita establecer estrategias y líneas conceptuales en común, que puedan servir de base estratégica. Al respecto, se sabe de la existencia de Aliarse que conjunta a siete organismos. ¿Quizá valdría la pena incrementar el número de instituciones que podrían aportar conocimientos, experiencias y formas de capacitación, constituyendo una homologación de criterios, promoviendo así una línea más clara, e incluso con verdadero carácter nacional en pos de una adopción completa de esta nueva cultura?
2. Se sugiere que los organismos promotores de la RSE en el país, busquen desarrollar y apoyar los programas académicos de instituciones universitarias con la finalidad de inculcar el concepto desde esa etapa, permitiendo que los estudiantes, sean de nivel licenciatura o posgrado, puedan acceder a mayores oportunidades de conocimiento de esta cultura organizacional.
3. En lo que corresponde a difusión y promoción de la RSE, cabe referir que el tema, pese a no haber sido abordado con demasía en el presente documento, es importante no omitir alguna sugerencia al respecto.
4. Las relaciones públicas tienen un principio elemental que señala hágalo bien y hágalo saber (Adecec, 2003). Es
to da pauta para referir que una organización, en su afán de ganar mayor reconocimiento y prestigio ante la opinión pública, intente ensayar en la inclusión de la rse, más que como cultura, como un vehículo de promoción. Se recomienda que las empresas que partan con esa idea, puedan meditarla un poco más. Si no cuentan con los elementos suficientes para garantizar que el programa RSE dé buenos resultados, tal vez sería mejor no incursionar. Es importante recordar el principio señalado líneas arriba: hágalo bien y hágalo saber. Si la empresa no está haciendo bien las cosas, con el hecho de promoverse o de ostentar un distintivo de empresa socialmente responsable, es poco probable que las cosas cambien. Por el contrario, cabe la posibilidad de que el efecto sea contrario y, en lugar de reconocer favorablemente una empresa, pudiera llegar a agravar su posicionamiento. La difusión y promoción no parecen ser los elementos fundamentales que determinen la responsabilidad social de ninguna organización. Por ello, es importante pero no como primera fase.

Una última reflexión lleva a considerar la instauración de un organismo central que conjunte a todas las instituciones enfocadas en RSE. No se trata de crear una nueva Secretaría de Estado, sino un consejo plural que permita homologar los esfuerzos. Incluso, tal vez no sea necesario crearla, sino simplemente reforzarla.

De esta forma, podrían quedar formalmente instaurados los lineamientos, las políticas, códigos de ética, e inclusive la elaboración de una Certificación Nacional en Programas de Responsabilidad Social Empresarial que permita salir de ese 0.04% de empresas que, sin lugar a duda, son pioneras pero necesitan hacer más eco. Tres millones de organizaciones en México es un mercado potencial muy importante. Inclusive, ¿no se ha escuchado en los últimos años la necesidad de crear fuentes de trabajo para México? Se necesitan manos para este esfuerzo tan importante, ¿no sería la oportunidad ideal para contribuir con la cultura organizacional y con la economía de una nación?

Ser responsables ante la sociedad es garantizar que las empresas y corporativos alcancen una excelencia profesional, con calidad humana y, claro, que ayude a generar ganancias de las cuales una parte servirá para reinvertir en capital humano, cada vez más comprometido por propia voluntad, ya que saben que la organización no está buscando fines políticos ni electorales, pero tampoco se trata de obras de beneficencia, sino lo justo para la gente que hace posible su existencia.

Ser socialmente responsable es compromiso y responsabilidad, no eslogan de campaña ni argumento de venta para obtener nuevos clientes. Es toda una filosofía y cultura. Es, simplemente, ¡hacer lo correcto!

*Clemente Sánchez Uribe es investigador del Centro de Investigación para la Comunicación Aplicada -CICA, de la Facultad de Comunicación de la Universidad Anáhuac México Norte.

Referencias

Adecec (2003). 40 éxitos en comunicación. México: Pearson, Prentice Hall.
Cajiga, J. (2006). Definición de RSE-Fundamentos de la rse. Recuperado el 22 de diciembre de 2007 de http://www.cemefi.org/spanish/content/view/632/19/#_ftn2.
Correa, M.E., Flynn, S. & Amit, A. (2004). Responsabilidad social corporativa en América Latina: una visión empresarial. Recuperado el 13 de febrero de 2008 de http://www.cepal.org/publicaciones/xml/4/14904/lcl2104.pdf.
Delgado, R. (2007). Redimensionando el concepto de la responsabilidad social. Recuperado el 2 de febrero de 2008 de http://www.anahuac.mx/clares/articulos.018.html.
El Financiero (2007, 5 de septiembre). En México sólo 174 empresas han sido reconocidas como socialmente responsables por el Cemefi. Recuperado el 13 de febrero de 2008 de http://www.cemefi.org/spanish/content/view/1504/25.
Siliceo, A., Casares, D. & González, J. L. (1999). Cultura y valores. Liderazgo, valores y cultura organizacional. Hacia una organización competitiva. México: McGraw-Hill.

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